23 de maig 2012

Humanización

Hoy voy a hablar de un tema que he estado observando desde hace algún tiempo. Hemos vivido varias décadas por encima de nuestras posibilidades. A partir de que los Fernando Esteso, Jose Luis López Vázquez, etc... nos avisaran que vienen las suecas, no le perdimos el ojo a lo que hacían nuestros vecinos de la Europa del norte. Y como somos un país de envidiosos quisimos parecernos al máximo (nuestra genética no nos permite medir 1,85, ser rubios y con ojos azules), por lo que copiamos su estilo de vida. Queríamos igualarlos en lo que fuera y a ser posible, superarlos. No es del todo malo tener un objetivo en el que fijarse, pero no solamente el pueblo quería tener 2 coches, casa + residencia de verano (fue un gran boom en los años 70 y 80), etc... Los políticos también creían que podríamos llegar a eso, por eso dieron rienda suelta al modelo económico que hoy en día está tan en boca de todos. Especulación!! No me voy a alargar en explicar lo sucedido en este país, así que avanzaré hasta la parte de la mente, que es la que a mi me importa.
Vivo en una gran ciudad como es Badalona (220.000 habitantes), vecina de una gran ciudad cosmopolita como es Barcelona. Vengo a recalcar esto porque desde pequeño estoy acostumbrado a pasear por las grandes calles, con la mirada fija hacia delante, metido en mi mundo, sin hacer caso a lo que me rodea. Como yo, millones de personas que viven en ciudades grandes han ido poco a poco perdiendo una parte de humanidad que nos hacía ser mejores personas. Lo máximo que hacemos es reducir la velocidad para ver el accidente de la ronda, pero por puro cotilleo. Nos saludamos con los vecinos más directos por pura cortesía, pero si fuera por nosotros ni les miraríamos a la cara. Este hecho no pasa en los pueblos, donde el día a día dentro de su pequeño núcleo hace que aún conserven esa joya que nos hace no despegarnos por completo de esa línea evolutiva de primates que viven en comunidad y se despiojan unos a otros.
Bien, a colación con la primera parte del texto, y gracias (puede ser el primer texto donde se le da en algo las gracias) a la crisis, la gente se va necesitando los unos a los otros. El tren de vida que llevamos a descarrilado y necesitamos de nuestros prójimos para salir de los hierros candentes y no seguir sufriendo sus quemaduras. Cuanto peor estamos, más parte perdida de humanización creamos. Se ve a diario. Los que trabajamos en lo social, cobramos tan poco que o lo hacemos por vocación o no se hace. La sanidad está en un punto muy similar. Llevo de médicos liado últimamente (por lo de mi posible úlcera en el estómago y por la pérdida repentina de hierro de mi abuela), y el trato con el paciente ha cambiado. Ahora parece más ese médico de pueblo que todos ansiamos conocer, que nada más llegar te pregunta como está tu marido, que grande están los chiquillos y si el gato sigue arañando el sofá. Ese trato cercano, casi con cariño incluso, se está dando y expandiendo poco a poco en todos los sectores que tengan una parte social (ya sean barrenderos que te saludan por la mañana, autobuseros que han cambiado la cara de palo y se paran cuando se te ha escapado por 1 segundo, ....) Si, me diréis que antes lo veíais, en vuestro frutero del barrio, camarero del bar de abajo, etc... pero no era una tónica habitual. Ahora cada vez más la gente está respondiendo a esa parte humana que gritaba por salir. Hoy he visto como un chaval ayudaba a una abuela a cruzar la calle, para seguir con su paseo en patinete (el chaval, no la abuela xD) Cuánto tiempo hacía que no lo veía?? Si, quizá en algún pueblo de la sierra de Cazorla se siga criando a los niños con el respeto a los mayores o por Moià el médico se conozca la casa de Ramón que falleció y se pasa a ver a la viuda en horas que no son de consulta, no lo sé. Sé que es difícil conseguir esto, ya que no todo es humanidad, sino valores que les tenemos que dar a nuestras generaciones venideras, y que no espere yo que en Badalona venga mi doctora a ver a mi abuela "porque pasaba por allí". Pero antes no había ni la intención, ahora parece más falta de logística y sobretodo recursos. Espero que la cosa no se quede así, y que cuando pase esta crisis (no olvidemos que somos un animal que tropieza muchas veces con la misma piedra), no perdamos este pensamiento por el otro, porque como volvamos a mirarnos únicamente nuestro ombligo estamos perdidos

Good Luck!!

2 comentaris:

Valaker ha dit...

Este tema recuerdo que ya ha salido en varias de nuestras conversaciones, y ya me habías expresado tu opinión al respecto. Mi pregunta es la siguiente:
¿No podría que antes estuvieras tan pendiente de tus cosas que ni te hubieras detenido a observar que la gente siempre ha conservado esa parte humana a pesar de vivir en grandes ciudades? Y que ahora, por algún extraño suceso que te ha marcado, estás siendo más observador con ese tipo de cosas.
Es sólo mi humilde opinión...

Quintanabdn ha dit...

Es posible, así que no lo descarto. Pero desde siempre he sido de los típicos niños que ayudaban a las viejas de mi escalera a subir la compra a sus casas y siempre me ha extrañado que sea de los pocos que lo hacían. Cuando he presenciado un accidente en moto, una caída aparatosa, etc... siempre he estado dispuesto a ayudar y sí que me he fijado que el resto del mundo se comportan como simples espectadores, como si la cosa no fuera con ellos. La gente vive sus vidas y parece que no quieran que nada externo se introduzca en ellas. No sé, quizá es lo que dices tú que desde hace un tiempo me fijo más, pero la sensación que tengo al tratar con alguien también ha cambiado desde hace un tiempo hasta ahora, y creo que es por esa necesidad que tienen de conectar unos con otros que antes no la tenían (o no querían mostrarla)