A pesar
de decidir no hacer ningún viaje durante esta quincena, al final nos pegamos un
homenaje contratando dos noches en el Monasterio de piedra (sino parece que al
quedarte en casa no aprovechas del todo las vacaciones).
Nos
levantamos pronto para hacer muchas cosas que quedaban pendientes: ir a Abacus,
hacer las maletas, los bocadillos, darle las llaves de casa a mi madre, … Sobre
las 10:30 salimos por fin, y nos encontramos que la radio del coche vuelve a no
funcionar (la arreglaron hace una semana) Cabreados y con el coche cargado para
el viaje nos acercamos al Feu Vert para que lo vuelvan a mirar (teníamos
intención de ir a Córdoba al acabar la estancia en Calatayud, por lo que un
viaje sin música aguantando a Irene se convertiría en un suplicio). Meten el
coche para mirar la radio, y al quitar dos cables algo ocurre que peta todo el
sistema electrónico: se mueven solos los limpiaparabrisas, no suben los
cristales, no se abre el coche, no arranca, … se tira el chaval toda la mañana
con él hasta que nos dice que no sabe qué le pasa y que si cuando venga el otro
mecánico especialista en radios tampoco lo puede arreglar, tendrán que llevarlo
a un taller Peugeot. Eso supone anular nuestras vacaciones con el inconveniente
que no nos reembolsan el dinero (lo decía bien claro el contrato cuando cogimos
las dos noches). Por si acaso llamo al monasterio, le explico el problema y
como máximo me aplaza los días de pernocta (al menos podríamos ir, aunque fuera
en moto). Bajamos a comer a casa de mi madre completamente indignados (menos
mal que la comida de mi madre siempre me pone de buen humor). Al poco, quizá 10
minutos después del cambio de turno que era cuando entraba el otro mecánico,
nos llaman diciendo que el coche ya está y que escoja otra radio ya que las
Pionner no se llevan bien con los Peugeot. Subimos incrédulos ya que el coche
había dejado de funcionar por completo, y al llegar vemos que estaba todo
perfecto. Había sido un simple cable que
se había pinzado y bloqueó toda la centralita del coche. Menos mal! Escogemos
otra radio, nos la instala, llamamos nuevamente al Monasterio para ver si nos
podía volver a dar las noches anteriores (que nos las dan) y partimos dirección
Calatayud. Al final la radio es mucho más guapa, más completa y mejor que la
anterior (tenía que pasar)
Nos
pegamos un viaje tranquilos por la A-2,
adelantando camiones y cantando, haciendo paradas de rigor. Una de éstas
para tomar el café, nos damos cuenta que es el mismo sitio donde años atrás
cenamos un milhojas con Siscu cuando íbamos a las fiestas de Tárrega (no
recuerdo el nombre del pueblucho, pero ahí hay que ir a cenar obligatoriamente)
y desde ese restaurante llegamos sin más a nuestro destino. Se nos hace la
noche conduciendo por un bosque lleno de curvas hasta que cogemos un desvío y
nos metemos dentro del parque natural del Monasterio de Piedra. Aparcamos y
entramos buscando un hotel, hasta que nos damos cuenta que vamos a dormir en el
mismísimo monasterio. Subimos las cosas y recorremos el hotel. Muy pocos
huéspedes, enorme y la impresión de estar en otra época o en la película del
Resplandor (parece que nos vayamos a encontrar a las gemelas, al niño con el
triciclo o el río de sangre) Todas las puertas se abrían con un crujido
tétrico, podíamos campar libremente por donde nos plazca (habían zonas que no
entramos de lo oscuro y el miedo que nos daba.
No así en el claustro, que hicimos muchas fotos) Mira si se parecía a la
peli que en un sótano había un camarero limpiando vasos él solo, sin una sola
alma a su alrededor, igual al que sirve a Jack Nicholson. Dejo unas fotos para que os podáis hacer a la idea
Creo
que por hoy ya tenemos suficiente ración de sustos por lo que subimos a la
habitación y a dormir. Mañana será otro día.
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