27 de febr. 2018

¿Y ahora qué?

España. Qué país.
País con mejor relación clima-comida de todo el mundo. Mezcla de culturas, arte y una fauna y naturaleza envidiable. Con estos conceptos, España debería ser un país idílico para la gente, y se deberían dar de tortas para entrar a vivir. Pues no. Los únicos que quieren vivir son aquellos que huyen de una guerra, del hambre o que valoran algo tan elemental como la vida y en su país ese derecho se convierte en privilegio.
El resto de habitantes quieren marchar. Bueno, no todos, es cierto. Hay algunos colectivos que están a gusto en este país ya que hay unos intereses en común. Estoy hablando de la derecha española, el facherío, los homófobos, machistas y demás calaña social. Éstos son los únicos que están cómodos en un país tan “maravilloso” como España. ¿Por qué? Porque protegen sus atrocidades, tapan sus vergüenzas y enmascaran sus trampas.
Mucho daño ha hecho el Lazarillo de Tormes, donde se ensalza lo que para ellos es una virtud pero objetivamente es un elemento negativo: la picaresca. Aún hoy en día mucho cuñado saca pecho de haber sido “más listo” que el de al lado y aunque parezca que no repercuta en nada las pequeñas acciones de personas individuales, es el claro ejemplo de cómo funciona este país.
Violencia de género sin parangón, desigualdad social (sin olvidarnos nuevamente de la desigualdad de género que sufre la mujer entre las brechas salariales, los techos de cristal, la falta de oportunidades,…) corrupción política al más alto nivel (entendiendo no solo por la cantidad de dinero sustraída sino sobre todo por la impunidad con la que lo realizan o la inmunidad de la que gozan), ausencia de libertades (no hay libertad ideológica ni de expresión, salvo que hagas o digas lo que el gobierno quiere ver o escuchar) Vamos, lo que comúnmente se conoce como una dictadura pero aceptada por el resto de Europa.
No es una buena época para ser de izquierdas en España. Si decimos verdades (y es muy importante resaltar que es verdad lo que se dice) que les molesta, nos encarcelan (ya sea por una canción, una obra de teatro o un simple chiste) Si luchamos por nuestros derechos, nos encarcelan. Si luchamos por hacer un país mejor (y para ello salir de España), nos encarcelan. Como sigan a este ritmo no habrán suficientes cárceles para meternos a todos. Porque yo soy una persona insignificante, pero si tuviera algo de relevancia, este mismo texto podría ser considerado una herejía cuanto menos, y también iría a la cárcel. De algo sirve ser un pobre diablo. Y menos mal que lo publicaré  en mi blog, que no lee ni mi mujer, porque todo y ser un don nadie si se publicara en alguna red social de envergadura, también podrán enchironarme. 
Esa es la situación que estamos viviendo. Ya no es miedo (el miedo te hace reaccionar de una manera u otra, pero intentas evitar esa situación), es pánico. El pánico te paraliza, te bloquea, no te deja pensar ni actuar. Solo quieres hacerte un ovillito y no salir de la cama. Así nos tienen. Pánico por perder nuestro trabajo, por no encontrar una vivienda digna, pánico por expresarnos líbremente, pánico por el simple hecho de ser mujer, … (y no estoy con utopías o sueños inalcanzables, sino derechos que recoge la constitución e incluso los Derechos Humanos)
¿Y qué hacemos para revertir esta situación? Como diría nuestro querido, y ya desaparecido Forges, “Gooool” 

Good Luck!